jueves, 22 de agosto de 2013

Echániz, que no cesa…




Hace unas semanas se produjeron dos circunstancias de la mayor relevancia para el futuro de nuestro servicio regional de salud, aunque, quizás por la naturaleza de estas fechas han pasado bastante desapercibidas.

El día 31 de julio se publicó en el Diario Oficial de Castilla-La Mancha (DOCM) la Orden de 18/07/2013, de la Consejería de Sanidad y Asuntos Sociales, que modifica una previa sobre las Gerencias de Atención Integrada del Servicio de Salud de Castilla-La Mancha. Según dicha orden, se “procede a fusionar las estructuras administrativas de las Gerencias de Atención Primaria y de Atención Especializada de Albacete en la Gerencia de Atención Integrada de Albacete”. Esta gerencia será la responsable de gestionar, además del Complejo Hospitalario Universitario de Albacete, “las Zonas Básicas de Salud de: Alcadozo, Alcaraz, Balazote, Bogarra, Casas de Juan Núñez, Casas Ibáñez, Chinchilla de Montearagón, La Roda, Madrigueras, Tarazona de la Mancha, Zona 1-Hospital, Zona 2-Municipal, Zona 3-Villacerrada, Zona 4-Residencia, Zona 5, Zona 6, Zona V-B, Zona 7-Feria, Villamalea, Zona 8, Casasimarro, Iniesta y Quintanar del Rey”. Es decir, que desde el hospital se van a gestionar los centros de salud, para que sean, más si cabe, meros apéndices de aquel.

Esta reestructuración, que se presenta como “un modelo organizativo de gestión unitaria e integral, centrado en el proceso asistencial y en el paciente, que supere la tradicional división entre las distintas modalidades asistenciales que aún existe en el Área de Salud de Albacete”, no es más que una nueva vuelta de tuerca en el proceso de desmantelamiento de la Atención Primaria. El objetivo del gobierno regional (en consonancia con la política nacional de su partido) es transformar nuestro sistema nacional de salud en un sistema mutualista puramente asistencial y en el que el hospitalocentrismo, que tanto daño ha hecho, se vea reforzado. Es este un paso básico para conseguir el objetivo que finalmente persiguen: poner el sistema en manos privadas, para que una vez más unos pocos hagan dinero a costa de la mayoría de los ciudadanos.

La segunda noticia se produce dos días después, cuando el Consejero de Sanidad y Asuntos Sociales, José Ignacio Echániz, presenta los detalles del Plan de Choque para reducir las listas de espera en el consejo de gobierno. Aunque se intenta hacer ver que va a ser con recursos propios (no sabemos si se trata de una vuelta a los antiguos “peles”), en el fondo lo que subyace una vez más es que “se establecerán conciertos con entidades privadas para abordar las patologías menos graves pero más frecuentes”, pudiendo implicar “a 13.093 pacientes e incluirá patologías relacionadas con la cirugía ortopédica y traumatología, cirugía general, angiología y cirugía vascular, urología, oftalmología y otorrinolaringología”.
Estas son pues las líneas estratégicas de actuación de Echániz: hospitalocentrismo y conciertos con las clínicas privadas. Frente a esta línea de gestión que se ha demostrado totalmente ineficiente, la Atención Primaria queda cada vez más abandonada a su suerte.

Por más que los nefastos políticos que nos “desgobiernan” se empeñen, la Atención Primaria es la garantía de eficiencia y de equidad de un sistema público de salud. Es garantía de eficiencia porque resuelve más del 90% de los problemas de los pacientes con un coste mínimo. Es garantía de equidad porque, entre otras razones de peso, está permanentemente accesible (a pesar de los intentos del gobierno regional por cerrar muchos de los centros rurales) y sin listas de espera.

Apostemos por nuestro Servicio Nacional de Salud, apostemos por la Atención Primaria.

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