miércoles, 18 de diciembre de 2013

No hay tiempo (ya no digamos dinero) para investigar






Ayer tuve que enfrentarme con dos hechos inquietantes. El primero fue el tremendo susto de encontrar en mi correo electrónico corporativo un e-mail de una tal Mª Dolores Cospedal, con asunto “Felicitación de Navidad”, en el que aparece garrapateado el siguiente texto: “Con mis mejores deseos en esta Navidad, recibe un fuerte abrazo”.

Si la remitente es quien imagino, este mensaje me da verdadero pánico, porque ya se cuáles son sus deseos: son más de dos años viendo cómo los cumple a costa de los sufridos ciudadanos de esta comunidad. Así que me temo que el abrazo va a ser “el del oso”. Lo “penúltimo” que tengo que agradecerle es que el pago de una beca de la FISCAM, aprobado en esta institución pero que tenía que hacer efectivo la extinta Gerencia de Atención Primaria de Albacete (ahora la GAI), irá, si el administrador que me informó no se equivoca, a engrosar futuras listas de impagos. De esta manera, en el mejor de los casos, un dinero que los miembros del equipo investigador tuvimos que adelantar de nuestro bolsillo en 2012 se recuperaría en una futura convocatoria de pago a proveedores, es decir al menos un año más de demora.

Pero es que, “mir’usté” (parafraseando a algunos grandes líderes patrios) yo no soy un proveedor. Yo me presenté a una convocatoria pública de carácter competitivo, me concedieron una asignación económica que ha sido aprobada por el organismo competente y solo falta que me lo ingresen. Yo no soy un empresario que sirva ningún producto ni servicio al gobierno regional.

El segundo hecho inquietante fue la visita al centro de salud de una enviada de la gerencia (ese engendro llamado GAI). Poco nos han visitado los gestores “peperos” en estos dos año y pico, de hecho al que fue gerente de la extinta Gerencia de Atención Primaria no llegamos a conocerle después de dos años. Por eso ya inquieta que manden a alguien, pero es que además el motivo de la reunión era doblemente inquietante: “gestión de agendas”. A profesionales que llevamos trabajando en atención primaria 20, 30 o más años ahora pretenden decirnos cómo tenemos que gestionar el tiempo. No dudo que haya quienes después de trayectorias profesionales tan dilatadas no sean capaces de gestionar el suyo de una manera eficiente, es más, puede que incluso alguno haya perdido facultades. Pues bien, que identifiquen dónde hay oportunidades de mejora y apliquen las medidas que consideren oportunas. Pero que no insulten de forma indiscriminada nuestra inteligencia.

Quiero subrayar solo un detalle que ilustra la estrechez de miras de los actuales gestores. Según la persona que nos visitó, no es admisible que un profesional ocupe tiempo de su horario laboral para tareas de investigación. Semejante barbaridad, contradice los fundamentos más básicos de la profesión médica, en general, y especialmente de la Medicina de Familia. Espero que solo refleje la opinión personal, quizás también la insuficiente formación, de la persona que se atrevió a emitir tamaño disparate. Pero si no es así, y refleja el punto de vista del Sescam, hago desde aquí un llamamiento para que las sociedades científicas, tanto a nivel nacional como internacional, tomen cartas en el asunto.

Los que tuvimos la suerte de poner en marcha la reforma de la atención primaria o, como en mi caso, aprender de aquellos que lo hicieron, manejábamos en aquellos tiempos unos textos editados por el Ministerio de Sanidad correspondientes a una colección denominada genéricamente “Atención Primaria de Salud”. En la llamada “Guía de funcionamiento del Equipo de Atención Primaria” se especificaba, a modo indicativo, una distribución de tiempos para el médico con un 75% del mismo dedicado a la atención directa a los pacientes, un 10% dedicado a tareas administrativas y un 15% dedicado a tareas de formación e investigación (en los centros de salud docentes este porcentaje debería incrementarse). Pues bien, no ha habido ninguna reglamentación posterior, ni por parte del ministerio ni de nuestro servicio de salud (al menos yo la desconozco; en tal caso debería admitir mi ignorancia).

Me temo que detrás de esto de la “gestión de agendas” hay una estrategia mucho más retorcida: se trata de “exprimir” al máximo la capacidad de trabajo de los profesionales de cara a una eventual privatización de los servicios de salud. Para una mentalidad mercantilista solo cuenta el tiempo de atención al público. La formación y la investigación, ligados estrechamente a la mejora de la calidad del servicio que se presta, no interesa. Para ellos solo cuenta la cantidad. En cuanto a la calidad, vuelven a la ya conocida estrategia del “cuanto peor mejor”. El objetivo: deteriorar la sanidad pública para dejarla a precio de saldo en manos privadas.

sábado, 2 de noviembre de 2013

Carta abierta a Echániz










Sr Echániz:



He tenido el “estómago” de ver su intervención en Los Desayunos de RTVE (ese programa que, gracias a la intervención de su partido, ya no es ni sombra de lo que fue: solo hay que fijarse en la “blandura” con que le entrevistaron) del pasado miércoles.



Para quienes llevamos sufriéndole más de 2 años parece que ya nada que venga de usted puede sorprendernos. Pero no es así, usted siempre es capaz de “dar más”. Entre las muchas “perlas” de las que hizo gala, quiero centrarme en su argumentación acerca de las bondades de la gestión privada con relación a la pública. Da usted como principal argumento la legislación, que impide, según sus palabras, “retribuir mejor al médico que lo hace mejor”. Y entonces va y lo explica: “cuando yo como director de un hospital no puedo retribuir mejor al médico que va a las seis de la mañana, que ve a todos sus pacientes, que opera a todos sus pacientes, que se queda por la tarde, que luego investiga y que por la noche en su casa sigue leyendo revistas internacionales para estar a la última en su especialidad… no le puedo pagar mejor que a la persona que llega tarde al hospital, que alguna vez los hay, que se marcha justo cumpliendo estrictamente su horario sin ceder un solo minuto y que por la tarde se dedica a otras aficiones relacionadas con su ocio. Claro, eso la administración pública, la sanidad pública no lo puede diferenciar, no lo puede discriminar en torno en su forma de retribuir, de pagar productividad o de pagar pluses a quien lo hace mejor”.



Me pregunto a cuántos habrá visto usted ir a las seis de la mañana a trabajar. Le recuerdo que el horario habitual de trabajo en los centros públicos, en turno de mañana, se inicia a las 8 horas. En los hospitales, y en los centros de salud, de los que usted nunca habla si no es para ofender a los que allí trabajamos. No se tampoco a cuántos conocerá usted que se queden además por la tarde, si no es porque están de guardia, o haciendo peonadas (de las de antes, es decir pagadas, o de las de ahora, es decir gratis). En cuanto a la investigación, qué le puedo decir después de la dramática reducción de financiación que ustedes han provocado: el que investiga, como el que lee (literatura nacional o internacional), lo hace a costa de su tiempo personal.



Pues bien, yo soy un médico que cumple rigurosamente su horario en un centro de salud, que investigo, hago docencia, leo e incluso publico en revistas internacionales (y nacionales, sin complejos), pero que, eso sí, me acuso de que dedico una gran parte de mi tiempo libre a mis aficiones, especialmente a mi pasión por la música. ¿Será por esto que el SESCAM me castiga?



Aunque mejor debiera decir que es usted quien me castiga. Porque usted fue quien decidió paralizar la carrera profesional, de forma que el perjuicio que ha ocasionado a los diferentes profesionales va exclusivamente en función de que tuvieran o no oportunidad de llegar a tiempo a las distintas convocatorias. Yo, que tuve la mala suerte de quedarme fuera de la primera oportunidad que hubo de acceder al cuarto grado por tres meses, sí que entré a la siguiente, pero usted la ha dejado en un “limbo” del que me temo que no saldrá. De esta forma de poco me sirve haber acumulado méritos más que sobrados, porque no me van a ser reconocidos.



Pero, no solo tengo que agradecerle haberme impedido mejorar mi salario, es que me lo ha reducido de forma vergonzante: con decir que en 2012 percibí una tercera parte menos de ingresos a cuenta del SESCAM que en el año anterior está todo dicho. Esto no quiere decir que a todos los médicos del SESCAM nos haya bajado el sueldo en esa cantidad. Habrá quien haya perdido más y habrá quien haya perdido menos, porque no se ha tratado de un recorte porcentual similar para todos, sino que se han suprimido arbitrariamente complementos que afectan al azar a unos u otros, no hay criterio.



¿Cuál es la barrera administrativa que ha ocasionado este desaguisado? Yo no la veo. A mi entender se trata de decisiones personales suyas. Como tales habremos de afrontarlas cuando llegue el momento de rendir cuentas.


viernes, 25 de octubre de 2013

En la "mani"






Ayer volvieron a llenarse las calles de España en protesta contra la sinrazón del gobierno que nos está tocando padecer. A ellos, y a sus voceros mediáticos, les da igual, siguen instalados en sus temas recurrentes: violencia de piquetes, mayoría silenciosa...

Para los que parece que solo nos queda el recurso al pataleo, es al menos una satisfacción encontrar de nuevo ese momento en que se aúnan voluntades, en este caso contra la LOMCE. No es para menos, el engendro del ministro Wert solo ha satisfecho a sus seguidores más recalcitrantes, como los de la CONCAPA (y espada, a lo que se ve).

Me encontré en la manifestación con muchos amigos y conocidos. Alegra vernos de nuevo dando la cara frente a quienes quieren devolvernos a oscuros tiempos pasados, y alegra ver la calle abarrotada con miles de personas con un objetivo común.

¿Un objetivo común?... Quizás no tanto.

El caso es que también me encontré, desagradablemente, con la presencia de individuos que me resultan abiertamente antipáticos.

Me disgustó, por ejemplo, ver a ese diputado regional que, para todos aquellos que en su día sufrimos la traición al voto que le habíamos dado, será para siempre “el tránsfuga”.

Me disgustó también ver a un decano que, entre los escasos méritos de su trayectoria académica, se encuentra su habilidad para “perpetrar” un plan de estudios a la medida de sus ambiciones personales (y la de algunos otros de sus adláteres). Pero también ha hecho gala de otras habilidades, como la de formar parte de alguna comisión de selección de profesores en la que se puntuó arbitrariamente el baremo de la convocatoria. Lo de arbitrario no es que lo diga yo, lo dijo un juez, que declaró nula esa valoración y obligó a repetirla. No les importó, porque volvieron a cambiar sobre la marcha la valoración del baremo para que siguiera siendo nombrado su “protegido” (que por cierto, además de “protegido” en la universidad, es otro de los muchos mediocres que se han encumbrado a puestos directivos con esta derecha casposa que nos malgobierna para destrozar los servicios públicos).

Quienes creemos que un mundo mejor es posible, y luchamos por conseguirlo, sabemos que no va a ser fácil librarse de la mala gente. Probablemente siempre habrá arribistas, en la política o en la universidad, como en tantos otros ámbitos. Un primer paso para enfrentar su presencia es señalarlos y no ser indiferentes ante sus manejos.

viernes, 27 de septiembre de 2013

De "los bajos"



De los Países Bajos, en concreto, llega la penúltima vuelta de tuerca de los “sacacuartos”: también vamos a tener que pagar por mear. Pronto también habrá que hacerlo por respirar.

Digo de los Países Bajos porque va ser una empresa holandesa la beneficiaria. No es extraño, ya que en aquel país debe ser un negocio rentable a la vista de lo extendido que están los aseos de pago.

Aquí también se conocían. Recuerdo perfectamente aquellos aseos en los que “vivía” una señora con un platillo en el que recogía las monedas que le iban dejando quienes entraban allí. Afortunadamente fueron desapareciendo, coincidiendo con la democratización y la modernización del país. Realmente así me lo pareció siempre, un síntoma más de que un pasado cutre iba quedando en el olvido. Por eso me ha sorprendido siempre tanto ver que en países supuestamente más avanzados se mantenía esta actividad que, con todo el respeto a quienes la desempeñan, me parece humillante (una cosa es que alguien realice actividades de limpieza, como en cualquier otro lugar, y otra muy distinta es “vivir” en un retrete). De hecho, he ido viendo con satisfacción como en países como Francia iba desapareciendo esta actividad en los últimos años. Pero los bárbaros son irreductibles, y ciertamente los Países Bajos, y su “flamenca” área de influencia (Bélgica, Luxemburgo), lo son en este asunto. Curiosamente conviven estos aseos de pago con mingitorios cutres en plena vía pública: una estructura metálica en medio de la calle que oculta la meada de aquellos hombres (claro que es solo para hombres, las mujeres no tienen esta opción, de momento) que se atreven a adentrarse en semejante cochinera.

Ahora ha saltado la noticia de que ADIF, la misma empresa que ahorra en medidas de seguridad en los trenes, va a dejar en manos de una empresa holandesa los aseos de la estación de Atocha en Madrid. Así, de paso, hemos sabido que esa empresa “waterera” ya está extendiéndose por Cataluña (perdón Catalunya, no se si Catalonia, que ya no tengo muy claras las preferencias lingüísticas en los Països -¡qué despliegue de diéresis!-), aunque esto sí que no me ha sorprendido: ya sabemos que “la pela es la pela”.

Posible ventaja (?): son muchos puestos de trabajo los que proporcionan los aseos de pago, al menos en los Países Bajos (no voy a insistir más en la calidad de los mismos). Aquí no se si va a ser el caso, porque también está la opción del acceso automático: moneda a la máquina y para adentro.

En las desventajas evidentes, aparte del sacacuartos continuo en que quieren convertir nuestra vidas, el de todos aquellos y aquellas que opten por la alternativa de aliviarse en plena calle (y aquí sin mingitorios alternativos), porque no puedan o no quieran pagar por culpa de sus necesidades fisiológicas. Aconsejaría cuidado con dónde pisan aquellos que vayan a Atocha o pasen por sus alrededores.


Una última reflexión: a quienes visiten los Países Bajos y tengan necesidades fisiológicas que aliviar les recomiendo las iglesias protestantes, que tienen unos aseos estupendos y son gratis (por cierto esta palabra también existe en flamenco). Y me pregunto cómo no incorporan esta iniciativa las iglesias católicas, con tanto meapilas como tenemos en este país. 

domingo, 15 de septiembre de 2013

Mas qué espera










Cuando escribí recientemente sobre las listas de espera, la segunda entrega (por cierto muchísimo menos leída que la primera, lo que, al margen de asumir que soy un cansino, probablemente tenga que ver con que no sólo a los políticos les gusta darle vueltas a este tema, sin que importen otras cuestiones de más calado) la titulé “Más que espera”, en alusión a otras cuestiones de la asistencia sanitaria que me parecen más trascendentales. Inmediatamente vi el juego de palabras que me llevaba a este otro texto. Es decir, qué espera Mas, por personalizarlo en el presidente de los catalanes. Pero en definitiva qué esperan todos ellos, especialmente los “nazi-onanistas” (huy, qué lapsus).


Lo he dicho en otras ocasiones (http://www.elpueblodealbacete.com/articulos/1228-el-enredo-catalan/), para los que “cuando la fiesta nacional” nos quedamos “en la cama igual”, como decía el gran Brassens, toda esta movida organizada por Mas&cía  nos provoca un profundo hartazgo. Que este individuo, y su corte de trepas, me repugne es natural. Hablamos de un derechón, a la cabeza de una coalición de dos partidos de la más rancia trayectoria conservadora. Precisamente la coalición que durante más de dos décadas de gobiernos ininterrumpidos saqueó Cataluña e impulsó negocios privados a costa de unos servicios públicos en situación de mínimos. Hablo por ejemplo de una sanidad en la que se ha favorecido el negocio privado, a través de las mutuas, y donde la reforma de la atención primaria, en claro contraste con el resto del estado, nunca llegó a completarse. Hablo también de la enseñanza, favoreciendo más negocios privados, especialmente religiosos (para mayor gloria de los beatos de Unió). Hablo de las autopistas, que siguen siendo de peaje, tras prorrogar la Generalitat las concesiones a las empresas adjudicatarias. Y qué decir de los múltiples escándalos de corrupción, empezando por aquel viejo asunto de Banca Catalana, a los casos Palau o Pallerols, por no hablar del hijísimo del honorable (es un decir) Pujol.


Pero no menos repugnancia me producen aquellos que desde una posición política, según ellos, de izquierda secundan el argumento de “lo mal que están porque los gandules de los españolen viven a cuerpo de rey a costa de lo que les roban a los esforzados catalanes”. Ya expliqué también cómo izquierda y nacionalismo son conceptos incompatibles, y también que los impuestos tienen un fin redistributivo, por lo que no tiene ningún sentido esperar recuperar en uno mismo lo que se ha pagado. Quiero sin embargo hacer especial hincapié en la repercusión que estos planteamientos tienen en la izquierda del resto del estado. Aquellos que dejándose llevar de un “buenismo” ñoño apoyan a los  partidos de “izquierda” (supuestamente) catalana que se han dejado seducir por la “vía soberanista” son patéticos, como lo son los “charnegos” o los hijos de “charnegos” convertidos radicalmente a esta fe independentista.


Mientras tanto qué hace la que podríamos considerar la parte débil en esta cuestión: aquellos que viven en Cataluña, hayan o no nacido allí, y que no están de acuerdo con la secesión. Se les podría acusar de estar manteniendo un silencio injustificable (salvo honrosas excepciones, como en el caso de Javier Cercas) que les hace acreedores a lo que se les venga encima. Pero lo cierto es que ir contra corriente es muy difícil: la historia nos ha enseñado las consecuencias de plantar cara a masas enfervorecidas que apuestan por hacer de un sector de la sociedad, habitualmente el más vulnerable, el centro de todas sus iras.


Me pregunto también dónde está la voz de todos aquellos catalanes que se han buscado la vida en el resto del estado español (especialmente los que se han favorecido de la situación de ventaja que han tenido en poder optar a empleo público aquí cuando nosotros no podíamos –sí teóricamente, pero no en la práctica, por las trabas lingüísticas- hacerlo en Cataluña) y que en la situación hipotética que se plantea tendrán que verse obligados a optar por una u otra nacionalidad.


No tengo nada en contra de lo que llaman “derecho a decidir”, y aunque que me parece impresentable que se estén planteando semejante estupidez con las urgencias que todos tenemos realmente, creo que ya se está demorando innecesariamente esa consulta, dando gratuitamente argumentos a quienes no los tienen. Y si el resultado es favorable a la independencia, que se vayan, por lo que a mi respecta ya están tardando.

sábado, 7 de septiembre de 2013

El estado de la región


Mientras los parlamentarios regionales debaten (es un decir) sobre el estado de la región, cualquier ciudadano podría resumirlo rápidamente con las siglas de aquellos que ostentan el poder: PP ( de “Puta Pena”). Lo mismo podríamos decir, desde luego, si nos referimos al estado de la nación.

Se regodeaba Cospedal desde la tribuna del parlamento regional de la magnífica situación económica a que nos traído. Lo dirá por esos 31 parados menos en toda España, que en la región serán, como en el chiste, uno o ninguno. Me gustaría mejor saber cuántos nos tocan de los casi cien mil cotizantes menos en la seguridad social registrados en agosto. Pero esto no parece preocupar a la presidenta, la cosa es que la gente no se apunte en las oficinas de empleo, o simplemente que se vayan (los inmigrantes a sus países, los españoles a la emigración…). El caso es que tenemos, según ella, una situación económica estupenda, porque ya no se habla de la “prima de riesgo” (ni del primo de Rajoy, todo sea dicho de paso). Y claro que no se habla, porque una vez que este gobierno ha cubierto con creces las expectativas de los llamados “mercados”, es decir de los poderes económicos que especulaban a cuenta de nuestra deuda, pues ya están satisfechos por ahora, y en vez de prestarnos con usura nos prestan con “usurilla”.

Y decía Cospedal que si había que agradecer a alguien especialmente el estar tan estupendamente es a los empresarios. Lo decía así, en general, por lo que entiendo que también incluye a los que corren como ratas con su dinero en cuanto presienten el más mínimo revés económico, también a los que al amparo de la reforma laboral se dedican a despedir trabajadores porque está visto que, una vez que aprietas a la gente un poco, el trabajo de dos lo hace uno, y además por menos dinero… No oí, sin embargo, ninguna palabra de reconocimiento para todos aquellos que han tenido (y tienen por muy bien que diga ella que va la economía) que sobrellevar estos tiempos difíciles sin trabajo, cada vez con menos servicios públicos o en peores condiciones... Tampoco para los que hemos sufrido el robo en nuestros sueldos para sanear cuentas dirían ellos, para que ella y los suyos ganen más digo yo. Claro que bien sabe que no hubiéramos agradecido lo más mínimo ese punto de cinismo.


En el PP ven que ya empieza a haber un horizonte electoral. No creo que esperen engañarnos a los que somos, de una u otra manera, víctimas de su rapacidad. Pero quieren recomponer su electorado. Saben que la mayoría de sus fieles no se han visto apenas afectados por su rapiña, incluso muchos han sido claramente favorecidos. Pero puede que haya personas que, espantadas por sus tropelías, duden a la hora de votarles, por eso necesitan acallar conciencias. Pongamos luego un poquito de distracción de los temas que verdaderamente importan, ya sea a base de Gribaltar, Cataluña u olimpiada, y tendremos servido el cóctel del “España (y Castilla-La Mancha, cómo no) va bien”.

martes, 3 de septiembre de 2013

Más que espera






En la anterior entrega del blog arremetí contra la utilización demagógica de las listas de espera. Pero, ¿qué hay más importante en el campo de la atención sanitaria?

En mi opinión, lo que caracteriza a un sistema nacional de salud (como fue el nuestro, no sé si ahora puede llamársele así) es la equidad. Este concepto hace referencia a que todas las personas, independientemente de su situación social y económica, tengan posibilidad de acceder a los mismos servicios, en función de sus necesidades de salud, y no de elementos de otra naturaleza, como cotizaciones, recursos económicos… 

Esto que, en teoría, estaba asegurado en nuestro servicio nacional de salud (ahora ya sabemos que no, cuando muchas personas han quedado excluidas de la asistencia sanitaria por la decisiones del gobierno Rajoy), no es tan fácil. En primer lugar porque hay barreras culturales. No todas las personas saben por ejemplo de la existencia de ciertos servicios, condición imprescindible para optar a hacer uso de los mismos. Existen asimismo barreras geográficas, que explican que las personas que viven en zonas rurales utilicen en menor medida servicios hospitalarios que los que viven próximos a éstos.

La realidad es que unas pocas personas consumen la mayor parte de los recursos, mientras que la mayoría apenas tiene acceso a los mismos. Esto es lo que un insigne médico general británico, Julian Tudor Hart, denominó “ley de los cuidados inversos”, según la cual "la disponibilidad de una buena atención médica tiende a variar inversamente a la necesidad de la población asistida”.
Basta que una persona entre en la dinámica hospitalaria para que se desencadene una cascada de gastos sin fin. Esto es así porque cada médico se ocupa de una parcela pequeñísima, y lo que se sale de ahí (aunque sea una banalidad) lo deriva a otro; lo es porque se solicitan exploraciones complementarias sin control, generalmente carísimas, y muchísimas veces absolutamente innecesarias. Esto por no hablar de los tratamientos, con una tendencia incontenible a utilizar los últimos en comercializarse, siempre más caros aunque no aporten nada nuevo (llamativamente en contra del criterio del SESCAM, pero aquí no intervienen, al contrario de lo que hacen con los médicos de atención primaria, a los que nos complican la vida para que no podamos repetir las prescripciones que aquellos iniciaron).

La equidad solo será posible mantenerla en base a la eficiencia, segundo principio fundamental, en mi opinión, de un sistema nacional de salud. La eficiencia se consigue apostando por las soluciones más baratas que resuelvan un mismo problema. Esto implicaría dar a los profesionales más próximos a los pacientes, y que son capaces de resolver la mayoría de los problemas que estos aquejan, recursos suficientes para poder realizar adecuadamente su trabajo: reducir la sobrecarga de pacientes, disminuyendo el número asignado a cada médico, dar acceso a más exploraciones complementarias o incluso a tratamientos que se restringen al ámbito hospitalario (recientemente recibí un informe de un inspector de farmacia que negaba el visado para una medicación que necesitaba una de mis pacientes alegando que solo lo podía hacer, y cito textualmente, el “especialisto”).  


Los británicos que saben mucho de esto, no en vano su servicio nacional de salud acumula muchísimos años de experiencia, hacen que el dinero entre al sistema a través de la atención primaria. Son los centros de salud los que gestionan los recursos sanitarios, y contratan con hospitales servicios en función de lo que estos son capaces de ofertar y de los rendimientos que demuestran. Ese es el camino de la eficiencia. El que llevan aquí nuestros políticos con sus flamantes gerencias integradas (que no es otra cosa que la subordinación de los centros de salud a los intereses del hospital) es el del despilfarro, que lleve a la bancarrota del sistema y su entrega a manos privadas a precio de saldo.   

sábado, 31 de agosto de 2013

Listas de espera






El día 2 de agosto, el consejero de sanidad, José Ignacio Echániz, presentó su plan de choque para reducir las listas de espera en Castilla-La Mancha. Si hay un tema que les encanta a los políticos, en el campo de la sanidad, es el de las listas de espera. A los que gobiernan porque lo utilizan como reclamo para demostrar que toman medidas encaminadas a su reducción, y porque se dan bombo presentando unas cifras, fácilmente manipulables según los criterios que se apliquen, que les muestran como mejores gestores que quienes les precedieron. Para los que están en la oposición es simplemente un tema sencillo para atacar a los que gobiernan: cualquier espera puede hacerse ver como inaceptable.

Y sin embargo este no es el tema más trascendental entre las cuestiones que se refieren a la asistencia sanitaria. No pretendo restar importancia a las demoras que se producen en la atención a los pacientes, las más de las veces injustificadas e injustificables. Lo que trato de decir es que el término “listas de espera” se utiliza como un “saco” en el que se mezclan asuntos de naturaleza muy variada, y que acaba por tanto siendo un “saco sin fondo”. Así, no es lo mismo la demora para asistir a una primera consulta, para una visita de revisión, para la realización de exploraciones complementarias o para cirugía, y dentro de ésta variará mucho según la naturaleza del proceso (creo que es fácil de entender que no es lo mismo tener que operarse de un cáncer que de un “juanete”).

Todo esto está referido obviamente a la actividad hospitalaria. En atención primaria, por definición, no existen listas de espera. 

Intentaré explicarlo con un ejemplo sencillo extraído de la actividad diaria. Pensemos en un paciente que ingresa en el hospital por un cuadro infeccioso; desde el primer día se queja de un dolor en una pierna. Como los médicos que atienden las infecciones parece que no se ocupan de los dolores en las piernas, pasan una interconsulta a Traumatología. En lugar de visitarle en la cama del hospital este servicio prefiere citar al paciente a consulta unas semanas después del alta. En esa consulta, según testimonio verbal del paciente (como suele ser habitual, no hay informe escrito) se le pide una resonancia magnética; no hay exploración física (o mejor dicho, el paciente no percibe que tal cosa ocurra, siempre según su versión), y, a la pregunta sobre qué tratamiento seguir, se le indica que esto es cosa de su médico de cabecera. Obviamente el paciente ya estaba tratado de su dolor por su médico de familia, y se ha ido reajustando el tratamiento en función de la respuesta obtenida. Mientras tanto el paciente está de baja y, a no ser que la sabia naturaleza lo remedie, con mayor o menor contribución del médico de familia, así seguirá hasta que dentro de no sé cuánto tiempo se le haga la resonancia, vuelva a la consulta especializada y alguien decida implicarse o no, etc.

De forma que, ¿dónde es más importante invertir los recursos? Podemos hacer como nuestro consejero de sanidad, meter dinero en pagar más consultas en las que no se explora ni se indica tratamiento a los pacientes, pero en las que se solicitan sistemáticamente exploraciones complementarias carísimas, las más de las veces innecesarias, y que también habrá que pagar con ese dinero que no tenemos, etc, etc. Por el contrario podemos invertir en atención primaria, para que más médicos de familia puedan ofrecer su atención inmediata a los pacientes, con un alto nivel resolutivo y con un uso mínimo de pruebas complementarias.

No nos dejemos engañar por cantos de sirena de políticos mediocres. Estoy hablando de dos opciones radicalmente distintas e incompatibles.





jueves, 22 de agosto de 2013

Echániz, que no cesa…




Hace unas semanas se produjeron dos circunstancias de la mayor relevancia para el futuro de nuestro servicio regional de salud, aunque, quizás por la naturaleza de estas fechas han pasado bastante desapercibidas.

El día 31 de julio se publicó en el Diario Oficial de Castilla-La Mancha (DOCM) la Orden de 18/07/2013, de la Consejería de Sanidad y Asuntos Sociales, que modifica una previa sobre las Gerencias de Atención Integrada del Servicio de Salud de Castilla-La Mancha. Según dicha orden, se “procede a fusionar las estructuras administrativas de las Gerencias de Atención Primaria y de Atención Especializada de Albacete en la Gerencia de Atención Integrada de Albacete”. Esta gerencia será la responsable de gestionar, además del Complejo Hospitalario Universitario de Albacete, “las Zonas Básicas de Salud de: Alcadozo, Alcaraz, Balazote, Bogarra, Casas de Juan Núñez, Casas Ibáñez, Chinchilla de Montearagón, La Roda, Madrigueras, Tarazona de la Mancha, Zona 1-Hospital, Zona 2-Municipal, Zona 3-Villacerrada, Zona 4-Residencia, Zona 5, Zona 6, Zona V-B, Zona 7-Feria, Villamalea, Zona 8, Casasimarro, Iniesta y Quintanar del Rey”. Es decir, que desde el hospital se van a gestionar los centros de salud, para que sean, más si cabe, meros apéndices de aquel.

Esta reestructuración, que se presenta como “un modelo organizativo de gestión unitaria e integral, centrado en el proceso asistencial y en el paciente, que supere la tradicional división entre las distintas modalidades asistenciales que aún existe en el Área de Salud de Albacete”, no es más que una nueva vuelta de tuerca en el proceso de desmantelamiento de la Atención Primaria. El objetivo del gobierno regional (en consonancia con la política nacional de su partido) es transformar nuestro sistema nacional de salud en un sistema mutualista puramente asistencial y en el que el hospitalocentrismo, que tanto daño ha hecho, se vea reforzado. Es este un paso básico para conseguir el objetivo que finalmente persiguen: poner el sistema en manos privadas, para que una vez más unos pocos hagan dinero a costa de la mayoría de los ciudadanos.

La segunda noticia se produce dos días después, cuando el Consejero de Sanidad y Asuntos Sociales, José Ignacio Echániz, presenta los detalles del Plan de Choque para reducir las listas de espera en el consejo de gobierno. Aunque se intenta hacer ver que va a ser con recursos propios (no sabemos si se trata de una vuelta a los antiguos “peles”), en el fondo lo que subyace una vez más es que “se establecerán conciertos con entidades privadas para abordar las patologías menos graves pero más frecuentes”, pudiendo implicar “a 13.093 pacientes e incluirá patologías relacionadas con la cirugía ortopédica y traumatología, cirugía general, angiología y cirugía vascular, urología, oftalmología y otorrinolaringología”.
Estas son pues las líneas estratégicas de actuación de Echániz: hospitalocentrismo y conciertos con las clínicas privadas. Frente a esta línea de gestión que se ha demostrado totalmente ineficiente, la Atención Primaria queda cada vez más abandonada a su suerte.

Por más que los nefastos políticos que nos “desgobiernan” se empeñen, la Atención Primaria es la garantía de eficiencia y de equidad de un sistema público de salud. Es garantía de eficiencia porque resuelve más del 90% de los problemas de los pacientes con un coste mínimo. Es garantía de equidad porque, entre otras razones de peso, está permanentemente accesible (a pesar de los intentos del gobierno regional por cerrar muchos de los centros rurales) y sin listas de espera.

Apostemos por nuestro Servicio Nacional de Salud, apostemos por la Atención Primaria.

sábado, 18 de mayo de 2013

La parada de los monstruos







Tod Browning, retrató en aquella magnífica película de 1932, cuyo título original es Freaks (origen de ese término ahora tan en boga: “friki”), las penas e ilusiones de un grupo de criaturas con deformidades de un circo. Un enfoque nada convencional de la vida de unas personas deformes, exhibidas como espectáculo de feria.



Me viene en estos días su recuerdo a propósito de las intenciones del ministro Gallardón de reformar la ley del aborto. Su mera pretensión de devolvernos al pasado con este recorte de derechos ya me parece suficientemente condenable, pero es mucho más que eso su cruel obcecación en eliminar la malformación del feto como justificación de la interrupción del embarazo en una posible vuelta a una ley de supuestos.
Decía Jorge M. Reverte en El País del 12 de mayo que Gallardón “nos quiere volver a llenar de tullidos las escaleras de las iglesias”, y recordaba imágenes de otros tiempos, las mismas que son tan frecuentes en los países más pobres de este injusto planeta, las de aquellos “que viven postrados y se alimentan de la caridad tintineadora de las monedas aleadas con las mezclas de los metales más ruines”. Para Reverte, “el ministro de Justicia lo tiene claro: esos niños, a los que casi siempre se puede diagnosticar con tiempo que van a arrastrar una existencia peor que miserable, van a tener derecho y obligación de vivir esa vida, a la que les condenará, si sus proyectos salen adelante”. Eso sí, “el Estado que defiende Gallardón garantizará el derecho a nacer, pero no el derecho a vivir dignamente”. Porque la misma mano que firma decretos de recorte de derechos es la que firma los recortes de prestaciones sociales, especialmente aquellas que precisan los más necesitados. Por si no tuvieran ya bastantes destinatarios de su caridad en todos aquellos que están dejando en la más absoluta de las miserias con sus políticas, tendrán nuevos depositarios de su hipócrita piedad. 

Es difícil hacer un ranking de frikis en este gobierno, pero sin duda otro que no le va muy a la zaga a Gallardón es el ministro Wert. Ese que quiere devolver nuestras escuelas a la época del nacionalcatolicismo. Si no leyeron “El Florido Pensil” (ni, al menos, vieron la película) les recomiendo que lo hagan, para conocer la caverna hacia la que nos lleva este individuo. El ministro de los recortes económicos a la escuela pública, los mismos fondos que con generosidad desvía a la enseñanza privada, se proclama defensor de los más rancios valores de la patria. Así, “castellanizará” la Cataluña obsesionada en culpar al resto del estado de sus desgracias (¿será capaz de repetir aquello de Franco de “no habléis como perros, hablar en cristiano”?) y llevará de vuelta al redil de la santa madre iglesia a los descarriados que alentados por el libertinaje imperante en otros tiempos decidieron no estudiar religión.
No sé qué es más monstruoso, si estos gobernantes sádicos, que roban a los pobres para engordar las arcas de los ricos, que protegen y encumbran a lo más retrógrado de este país, que han colocado en los puestos de decisión más destacados a incompetentes y revanchistas y que en definitiva nos llevan de cabeza a un abismo del que costará mucho salir, o aquellos que los sustentan.

Es pavoroso ver el apoyo electoral que a estas alturas de su desgobierno les siguen dando las encuestas. 

En una reciente entrevista al escritor dominicano, afincado en Estados Unidos, Junot Díaz, realizada por el también escritor Eduardo Lago y publicada en El País Semanal, aquel llamaba la atención sobre la estrategia política de los republicanos, que abandonan a su suerte a sus bases, los blancos pobres, entre quienes tienen un gran apoyo electoral: no mejoran sus condiciones de vida, pero a cambio les hacen creer que son unos privilegiados por no ser negros o hispanos.
Pues eso, ¿cuántos españoles se tragan la desazón que pueda producirles tantas pérdidas de derechos o servicios, o la más absoluta penuria económica, contentándose con ser los portadores de las esencias patrias? Quizás sea suficiente compensación ver que otros están peor, que aquellos a los que odian porque no piensan como ellos pierden derechos, que los inmigrantes a los que han culpado de tantos males se encuentran desasistidos, que en este país se vuelve a “comulgar”… aunque sea con ruedas de molino.
 


miércoles, 8 de mayo de 2013

Manos arriba, esto es un atraco




Los profesionales sanitarios de la atención primaria del Servicio de Salud de Castilla-La Mancha (SESCAM), acabamos de sufrir el enésimo atropello por parte de los responsables (es un decir) del mismo. Ya he explicado en otras ocasiones el sistema retributivo que padecemos, heredado del antiguo INSALUD, con un sueldo base de corte “mileurista”, y una serie de complementos que a lo largo del tiempo han ido “maquillando” un salario injustificablemente bajo para profesionales de tan alta cualificación. Bien, pues ahora la han emprendido con la llamada “Atención continuada tipo A”. Este es un concepto introducido por el antiguo INSALUD en ese intento (probablemente bienintencionado en su momento) de dar al sueldo de los profesionales sanitarios un nivel cada vez más acorde a su cualificación. La intención de este complemento era supuestamente la de premiar la disponibilidad de los profesionales para participar en actividades comunitarias fuera de su horario de trabajo. Ahora, algún “listo” ha decidido que el SESCAM solo pagará las horas “de presencia física” en estas actividades.

Se bien de lo que voy a hablarles. En los últimos meses he participado, junto a otros profesionales, en actividades de este tipo. En concreto hemos estado impartiendo una serie de talleres con diferentes contenidos de educación para la salud, en centros de mayores de la ciudad de Albacete. No quiero cansar con demasiados detalles, pero baste decir que, de media, una hora de estas actividades va precedida de al menos 10 de preparación. Como además analizamos el impacto de estos talleres (ya sea a través de los cuestionarios que se pasan a los participantes, o por el seguimiento de alguna de las actividades que se recomiendan, como la vacunación antigripal), habríamos de sumar al menos otras tantas horas de dedicación posterior. Si luego estos resultados se presentan en reuniones científicas, o se publican en revistas médicas, el tiempo invertido se hace mucho más difícil de cuantificar. Pero esto ya no importa: nunca los servicios de salud (no lo hizo el INSALUD ni lo hacen los actuales servicios regionales) han tenido el más mínimo interés, ni por supuesto reconocimiento, por el tiempo que los profesionales dedicamos a la investigación.

No se si me he explicado con suficiente claridad, pero el hecho es que hemos pasado de un enfoque que pretendía reconocer (aunque fuera mínimamente: hablo, en mi caso particular, de unos ridículos 30-35 euros brutos al mes) ese esfuerzo, a otro abiertamente ofensivo y desmotivador.

Llueve sobre mojado. Dado que es época de hacer la declaración de la RENTA, me ha dado por revisar los certificados de retenciones e ingresos que me ha dado el SESCAM en los últimos años. En 2012 mi sueldo bruto fue un 19,15% inferior al de 2011. Esta cifra resume el expolio sufrido a manos de Cospedal y sus secuaces. Si tenemos en cuenta que ya antes sufrimos el saqueo “zapateril” del 7% en 2010, y las consecuencias de la paralización de la carrera profesional (uno de los atropellos más injustos que estamos sufriendo, porque a cada uno nos ha afectado de forma muy diferente en función del tiempo trabajado, que al fin y al cabo es lo que valora la mal llamada carrera profesional, independientemente de los méritos reales de cada cual), y la continua subida de impuestos y precios, la pérdida de poder adquisitivo es brutal.

También he hablado en otras ocasiones de cómo los médicos españoles somos los peor pagados de nuestro entorno europeo (con decir que estamos peor pagados que los médicos griegos y portugueses sobran argumentos), y de que la sangría que venimos sufriendo parece no tener punto final. Soy consciente de que este robo no solo tiene el objetivo de recaudar fondos para los negocios de quienes nos (des) gobiernan y sus amigos, sino que hay una firme decisión de desprestigiar y destruir la sanidad pública. Malpagar a los profesionales es una estrategia básica en este empeño. Ya son muchos los que buscan salida a esta situación trabajando para las empresas privadas. Los que sigamos trabajando (si nos dejan) para el futuro “SEBCAM” (o Servicio de Beneficencia de Castilla-La Mancha) ya sabemos a qué atenernos.

Pues bien, para alguien que tras seis años de facultad tuvo que pasar por una oposición MIR (año 1985: unos 20000 opositores para unas 1200 plazas), 3 años de residencia (cobrando poco más del salario base en aquella época), una oposición a nivel nacional para optar a plaza de médico de atención primaria en el antiguo INSALUD, y tras 23 años como médico del centro de salud Zona IV de Albacete, en 10 de los cuales ejercí el cargo de coordinador médico, habiendo formado a varias decenas de residentes, etc, etc, el trato recibido por parte del SESCAM es profundamente ofensivo.

No perdono. No olvidaré.

viernes, 3 de mayo de 2013

Un lugar llamado DESIDIA






En más de una ocasión he hablado del engendro de plan de estudios de la Facultad de Medicina de Albacete, a raíz del obligado cambio que supuso la convergencia europea (el llamado plan Bolonia). Una facultad que había sido innovadora en el panorama español, tanto en metodología docente como en contenidos, tiraba todo ese bagaje por la borda para mayor satisfacción de muchos de sus profesores titulares que vieron una gran oportunidad para aumentar su área de influencia y su poder. Básicamente estos dependen de los créditos impartidos (dicho de forma sencilla para quien no sea entendido en estas cuestiones: horas de formación que dependen de cada jefezuelo).

Así, se gestaron alianzas que permitieran hacerse con el control de los puestos directivos, de las comisiones correspondientes, y en definitiva del reparto de créditos. De forma que quienes se pusieron de acuerdo, por afinidades previas (no ideológicas, porque ahí no había más ideología que la pura avidez; probablemente ni tan siquiera de amistad), acapararon contenidos, obviamente en perjuicio de otros. A pesar de que los contenidos estaban perfectamente identificados en una Orden Ministerial, como ya expliqué en “Reflexiones acerca de un fracaso”, el reparto de estos supuso una verdadera batalla.


Una de las nuevas competencias que los estudiantes deben adquirir según esa Orden Ministerial son las “Habilidades de comunicación”, que, entre otras, debía incluir las siguientes competencias: conocer los aspectos de la comunicación con pacientes, familiares y su entorno social; modelos de relación clínica, entrevista, comunicación verbal, no verbal e interferencias; dar malas noticias; redactar historias, informes, instrucciones y otros registros, de forma comprensible a pacientes, familiares y otros profesionales... Se trata verdaderamente de un tema importantísimo en la formación de los futuros médicos, que deben estar dotados de habilidades en este campo. Hablo de habilidades, porque lo verdaderamente importante es la destreza para aplicarlas en la práctica clínica, no tanto el acúmulo de contenidos teóricos intrascendentes. Pero en esta materia, como en otras, vieron una gran oportunidad de “sacar tajada” algunos con gran poder en la facultad en ese momento. No importa que quien imparte esta asignatura no tenga experiencia clínica, ni siquiera que sea o no médico... Como dijo el decano en el momento de la gestión del plan de estudios, frente a la propuesta de incorporar parte de estos contenidos en la asignatura de Medicina de Familia: “no hace falta tener experiencia, todo se puede leer en algún libro” (cito, no sé si textualmente, pero seguro que de forma muy aproximada, lo que oí personalmente, no es que me lo hayan contado). Hay que decir que si nos ofrecíamos a impartir estos contenidos es porque se trata de un área de conocimiento que ha tenido un importantísimo desarrollo precisamente en el entorno de la Medicina de Familia, y en nuestro país, pero también en nuestra comunidad autónoma, hay grandes expertos.

Ahora los estudiantes reciben con estupefacción una asignatura llena de contenidos teóricos intrascendentes, que en muchos casos repiten lo que ya saben sobre comunicación, porque ya lo han visto en el bachillerato, y sin el más mínimo enfoque clínico. Obviamente quienes imparten esta asignatura no lo son. Para que los estudiantes puedan ver en qué consiste esto los envían a hacer prácticas a los centros de salud (¿dónde si no?). Sin haber contactado previamente con los profesionales de atención primaria (y solo en virtud de la complicidad del director médico de la gerencia de atención primaria, que merece una mención especial que abordaré seguidamente), lanzan a los estudiantes a unas prácticas con unos contenidos poco claros, para que vean a 3 o 4 pacientes. ¿Qué prácticas sobre habilidades de comunicación son esas?

¿Qué papel juega ahí el director médico de la gerencia de atención primaria? Hablamos de un señor que es doctor en medicina, pero sin formación específica en Medicina de Familia (es decir no ha pasado por el MIR). Actualmente ocupa ese cargo, obviamente por designación “digital”, en virtud de sus afinidades políticas. Recientemente fue cesado por la UCLM de una plaza de profesor asociado en virtud de una resolución judicial, pero sin embargo figura como profesor de prácticas (?) de esa asignatura de comunicación asistencial. Los cargos gerenciales han sido incompatibles con los puestos de profesor asociado clínico hasta que con él hicieron una excepción, a pesar de que la normativa indica claramente que se debe estar ocupando una plaza asistencial, precisamente para poder ocuparse de la docencia en el entorno clínico.

¿Qué es pues lo que ocurre? ¿Intercambio de favores?

Ustedes dirán. Lo que es cierto es que en toda esta trama los grandes perjudicados son los estudiantes. Y, por qué no, a la larga todos los que en el futuro podamos ser sus pacientes.


jueves, 25 de abril de 2013

Menos mal que nos queda Portugal



 
http://www.youtube.com/watch?v=gaLWqy4e7ls

 

He recordado en los últimos días aquel disco de Siniestro Total, de hace casi tres décadas. La decisión del Tribunal Constitucional portugués de invalidar el robo de la paga extra de funcionarios y pensionistas me pareció un soplo de esperanza en este marasmo en que anda sumida Europa.

“Que se lixe a troika”, dicen muchos portugueses. ¡Qué se joda la troika!

De momento es ésta la que nos jode, a españoles, portugueses y muchos más. La troika, esto es: la Comisión Europea, el Banco Central Europeo y el Fondo Monetario Internacional. Todos ellos poderes sin ningún tipo de control democrático, y, ni qué decir tiene, sin ningún tipo de representatividad de la ciudadanía. Estos poderes ilegítimos imponen unas reglas de juego muy especiales para garantizar el auge de ciertos negocios. ¿Quién puede creer en una Europa en que unos pagan el dinero a precio de usura mientras otros lo obtienen gratis?

Solo hay una salida a esta situación: no pagar la deuda. Ahí estamos unidos por un mismo objetivo, pero no solo con nuestros vecinos portugueses; griegos, por supuesto, pero también italianos, malteses, irlandeses, incluso franceses y algunos más…

Hace unos días lo decía el prestigioso intelectual estadounidense Noam Chomsky, en declaraciones publicadas por el diario griego To Vima: “es un buen momento para que los países del Sur hagan un frente común para poner fin a las recetas neoliberales… las exigencias inhumanas del Norte”, y hacía un llamamiento a los países del sur para hacer frente común contra la troika capitalista.

Nos alarma ver cómo a algunos de nuestros vecinos europeos piensan quitarles sus ahorros. Aquí mismo en nuestro país, los afectados por las participaciones preferentes en banca seguramente perderán su dinero. Pero muchos no tendremos la oportunidad de conseguir esos ahorros porque ya nos llevan robando una gran parte del sueldo desde hace 3 años (hago aquí un inciso: si alguien está pensando tapar lo de las preferentes robándonos un poco más a los de siempre que sepa que desde ya me estoy acordando de toda su estirpe, para empezar; está claro que hablamos de un timo, pero no hemos de olvidar que un elemento esencial en el desarrollo de un timo es la predisposición del timado a sacar provecho de una situación, por el contrario las víctimas del robo en nuestro sueldo estamos en estas sin “comerlo ni beberlo”).

Cuántos años de desencuentros con unos vecinos tan próximos, hoy más cercanos que nunca, compartiendo las miserias que nos imponen los “bárbaros”.

Hoy, 25 de abril, se conmemora aquella Revolución de los Claveles que en 1974 acabó con la dictadura salazarista. Siempre les he envidiado por esto; nuestro dictador murió en la cama. Sin embargo, hoy muchos herederos políticos de aquellos dictadores han vuelto por sus fueros.

Leí en alguna ocasión la aspiración de Saramago por una República Ibérica. Lo suscribo plenamente.

Lejos de las aspiraciones burguesas de muchos vascos y catalanes, incluso algún otro, yo quiero apostar por una República Ibérica, dentro de una federación europea estructurada democráticamente, en la que se superen de una vez por todas las actuales instituciones títeres que solo representan los intereses de los poderosos.

Hoy quiero cantar bien alto, con nuestros vecinos, aquel himno que inesperadamente compuso el gran José “Zeca” Afonso:

Grândola, vila morena: Terra da fraternidade…”.

domingo, 14 de abril de 2013

¡¡¡Por la III República!!!









Qué mejor momento para retomar la escritura del blog que aquel en que se conmemora la proclamación de la II República Española, y tanto ansiamos muchos la llegada de la III.



En estos tiempos de crisis, no sólo económica, también política y de valores, se impone una profunda regeneración de nuestra sociedad. Son muchas las urgencias y es difícil priorizar, pero qué duda cabe que el modelo de estado debe redefinirse sin más dilación. Afortunadamente, la monarquía ha puesto al descubierto todas sus miserias, allanando el camino del cambio.



Decía hace unos meses el actual rey, según informó la agencia Reuters en el seguimiento de un viaje oficial a la India, que "desde fuera, España se ve mejor, sales más contento de la imagen de España; dentro, dan ganas de llorar, todo son penas… ". No lo han sido desde luego para él ni su “realmente” extensa familia, empezando por sus mayores, que tan suculentas herencias le dejaron, en confortables cuentas suizas claro, así como toda la corte de amigotes y amigotas que pululan alrededor. El espectáculo que ofrecen sí que da ganas de llorar, de vergüenza ajena. No hay más que ver los compañeros de cacerías del monarca o las queridas que se le atribuyen. Qué decir de los yernísimos que no se haya dicho hasta la saciedad. A las hijas siempre se las distinguió como la tonta y la lista, pero al final parece que ésta lo ha sido de más. O qué decir del heredero, que lo es gracias a una ley machista, aunque ahora quiera que se derogue para que no se vean perjudicadas sus hijas; él no ha tenido problemas de hipoteca ni miedo al desahucio, que para eso le hicieron un palacio junto a la Zarzuela (aunque la cosa es más de opereta bufa) a cuenta de todos nosotros. Y si no su señora,  la expresentadora del “urdázidiario”, la que en su primer divorcio (de momento) se desprendió también de ideas republicanas y laicas, y ha abrazado ardientemente al tiempo la fe monárquica, religiosa y plástico-quirúrgica.

Más allá de la infinidad de consideraciones racionales, éticas o históricas que pudiéramos hacer contra la monarquía, me basta una de carácter práctico: este dispendio no nos lo podemos permitir, en este sentido sí que hay que decir que hemos tenido familia real por encima de nuestras posibilidades. Un presidente republicano supondrá en todo caso una residencia oficial y un sueldo, amén de estar a gastos pagados, tanto o menos que muchos de los políticos que padecemos.

A veces se ha dicho (yo lo he dicho, desde luego) que para tener, pongamos por caso, a un Aznar de presidente de la República, más valía seguir con el Borbón. Esos lujos ya no están a nuestro alcance, vótese y traguemos con el que nos toque, que ya habrá oportunidad de cambiarlo.

Hoy hemos conmemorado el día unos cuantos republicanos en Tarazona de la Mancha. Se rendía homenaje a Charles Cowie, brigadista internacional canadiense cuyas cenizas reposan a los pies del llamado Olivo de la Memoria, en un parque de Tarazona. Cuando se convocó el evento a través de las redes sociales ya comenté que muchos estaríamos allí “por Charles Cowie y por la República… a pesar del tremendo sinsentido de que la izquierda en Tarazona solo sea capaz de ponerse de acuerdo para esto, mientras permite que haya un alcalde de derechas con un apoyo minoritario de los ciudadanos”. Quiero reiterarme en lo dicho, la regeneración que creo necesitamos implica que superemos las barreras que siguen separándonos a quienes en definitiva “vamos en el mismo barco”. Si somos capaces de ponernos de acuerdo con respecto al pasado, mucho más hemos de esforzarnos por superar este presente tan difícil y recuperar el rumbo al futuro que han querido robarnos.

Salud… y República.