Espero no molestar a nadie
con el título, que, a pesar de las fechas en que estamos, no tiene ninguna
intención especial, más allá de la de llamar la atención del lector.
El día 15 de marzo de 2012,
coincidiendo con la celebración de unas Jornadas sobre Sanidad Pública y
Sostenible, se publicó mi primer artículo en El Pueblo de Albacete. Este fue el
inicio de una colaboración semanal, que llevó a la publicación de una columna
todos los miércoles, de forma ininterrumpida, hasta el 16 de enero de 2013, en
que después de haber publicado el artículo titulado “Bien pagá”, fue retirado
de la web de dicho diario. Y ahí acabó mi colaboración con quienes “a estas
alturas de la película” ejercen la censura para proteger a sus protectores
(valga el juego de palabras a pesar de la redundancia).
En ese tiempo fueron muchas
las personas que me comentaban sobre lo escrito, personalmente o a través de
las redes sociales. Ocasionalmente también apareció algún comentario de apoyo o
reconocimiento en la web del periódico. Sin duda esto siempre fue un aliciente,
pero al margen de este respaldo, escribir una columna semanal ha estado
suponiendo una verdadera terapia personal. Verbalizar toda la rabia contenida
que genera el entorno económico y político que nos ha tocado vivir ha sido un
ejercicio de lo más saludable.
Así que decidí continuar con
mi columna semanal en este blog, que había creado coincidiendo con el comienzo
del año y la desaparición de la versión impresa de El Pueblo de Albacete. Los
primeros datos de seguimiento me alentaron a seguir en esta línea: 167 visitas
hubo en “Bien pagá” y 131 en “Censura”. Sin embargo “Agotados de esperar el
fin” cayó a 37, “La guerra de Gila” a 20, y la serie “Privatizando” ha tenido
un máximo de 21 y un mínimo de 8. En las últimas semanas ha habido un pequeño
repunte, llegando hasta superar a veces las 50 visitas. Curiosamente ha habido
semanas con casi tantos visitantes del blog en España como fuera, destacando
EEUU, con algunas visitas esporádicas en Alemania o Reino Unido (incluso una de
mis hijas me lee alguna vez en Holanda).
Qué duda cabe que la columna
del periódico era un escaparate mucho más accesible que el blog. Llegaba a
mucha más gente, aunque fuera por casualidad. Había muchos lectores esporádicos,
y para los más asiduos un lugar definido dónde localizar el artículo. No me
preocupó nunca colaborar con un medio de comunicación reaccionario mientras me
dejaron expresarme con libertad. Creo que valió la pena pagar el peaje
“colaboracionista”, si es que así se puede llamar.
En otro orden de cosas, en
el año transcurrido mucho ha cambiado, y no precisamente a mejor. Inicié la
columna en “un momento dulce”. Unas semanas antes habíamos celebrado las III
Jornadas de Medicina de Familia para estudiantes de medicina, con un éxito
rotundo, fruto de la colaboración de la Sociedad Castellano-Manchega de
Medicina de Familia (SCAMFYC) y de los representantes en la Facultad de
Medicina de Albacete de la Federación Española de Asociaciones
de Estudiantes de Medicina (IFMSA). Esa colaboración se continuó en las
Jornadas de Sanidad Pública y Sostenible, como una gran demostración de fuerza
frente a las políticas privatizadoras de nuestros gobernantes, en Toledo y
Madrid. Pero, en palabras de Ismael Serrano, de un tiempo a esta parte “todo
parece más feo”. Ahora bien, que no se
interprete esto como claudicación. Pero quizá si que valga la pena pararse un
poco a reflexionar y tomar de nuevo impulso.
Con todo el agradecimiento a
aquellos que han ido siguiendo asiduamente la columna, desde el convencimiento
de que solo por ellos ya vale la pena seguir escribiéndola, entiendo que tengo
que ser consecuente y no empecinarme en mantener una tarea probablemente estéril.
Esto no quiere decir que eche el cierre al blog. Seguro que puntualmente habrá
cuestiones sobre las que me apetezca “largar”, y lo haré desde aquí, pero ya
está bien de “cansineo” semanal.
¡Hasta otra!
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